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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Se me escapó la Paz.

Mmmm... no se parece a mi paz. Yo reclamaba otra. La que pedia era blanca, con buen aspecto, adaptable a todos los climas. Yo buscaba MI paz. Ese valor que por suerte se materializó en objeto que podemos poseer nosotros. Sí, nosotros reclamamos esta cosa que se llama paz y que podría llamarse de cualquier otra forma. La cuestión es que esos que dicen que es suya no hacen más que negar nuestra verdad. Mentirosos, seguro que son unos lúmpenes que buscan quedarse con lo que nos pertenece. Salgamos a la calle, reclamémosla, redactemos escritos, salgamos en televisión, es la única forma de reclamar lo que nos pertenece. Pero nuestros camaradas detectaron un problema, que afortunadamente tiene solución.

El inconveniente es que este apreciado objeto suele ser devuelto en un procedimiento que en la neolengua suelen llamar opinbueno. Se trata de la aprobación del mounstro de mil cabezas, de los comunes, los sin memoria. La solución se encuentra en su actitud condescendiente que eleva versiones de este reclamo al estado de verdad absoluta.
Aprovechemos esta ventaja... mediaticemos nuestra demanda. La paz es nuestra, exijámosla, va a ser fácil, empecemos. Sólo hablemos de ella como un valor que algunos creen que sigue siendo.
Atte.:

martes, 18 de septiembre de 2007

¡¡Qué Cosa el Aceite!!

“El aceite extra- virgen es el que marca la diferencia con los otros”. Una de las tantas frases que el experto Francisco Telefunes le comentaba a Rony Vargas en los parlantes de un taxi, expresión que mas allá de su vacuidad nos está intentando gritar en la cara algo ya conocido con otros indicadores.




“El aceite extra- virgen, con una acidez de 0.8 por ciento, es el aceite de mejor calidad en el mercado… no se deje engañar cordobés”. Las bondades del extra- virgen, que vende su 0.8 por ciento de acidez a $ 35 el litro, es el que coincidiríamos en desconocer. “Cuidado con los aceites que sobrepasan el % 2 de acidez, allí hay indicadores de baja calidad”. Este categoría es la que compras todos los meses en el super, así que ya estás avisado… ¡Cuidado!


El aceite es, desde tiempos remotos, parte del canchero porte de poderosos. Estuvo en las cocinas de lo sagrado, lo mítico, en fin, lo que no tiene explicación. Es el producto que según los libros de historia de Capeluz hirvió y nos llenó de personalidad arrolladora frente a los ingleses.

¿¡Que Cosa el aceite no!? Telefunes y Rony no se imaginaban que ese producto de supermercado, construido de elogios en ese taxi que tomé en Bv. los Granaderos, iba a ser la causa de disputa y diferencia entre los que sueñan con poder y los que inventan personalidades y siglos después la pierden.



Yo tengo una respuesta… El aceite pertenece a lo que prefiere no explicar nada. No hay un por qué… Pero si una invitación: Llegate a la finca de Francisco Telefunes y probá el mejor aceite !!!