En esto de hacer, mover y decidir hay un acto previo de sentido poco común: pensar. El camino de quien escribe camina pasillos de puertas cerradas sin picaporte. Y entonces... pensar, la solución es
ñññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññññ
Niño, vamos a cantar una bonita canción; yo te voy a preguntar, tu me vas a
responder: Los ojos, ¿para qué son? Los ojos son para ver
responder: Los ojos, ¿para qué son? Los ojos son para ver
¿Y el tacto? Para
tocar ¿Y el oído? Para oír¿y el gusto? Para gustar ¿Y el olfato? Para oler
¿El alma? Para sentir, para querer y pensar.
Amado Nervo
2 comentarios:
El hombre es un ser en peligro porque piensa. Y la idea, el instinto de supervivencia que lo salva.
Y pensar que las cosas que más disfrutamos las sentimos por los sentidos, sin pensarlas pero tenemos que pensar que las disfrutamos, entonces sabemos que disfrutamos si no pensamos?...
Al final uno nunca escapa de esa maldita costumbre de pensar...
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